Este proyecto tiene como
objeto la adecuación de una vivienda unifamiliar con jardín situada en una zona
residencial de la ciudad, en cuatro
apartamentos de uso turístico.
La elección del uso previsto
es ya en sí una reflexión de cierto interés sobre la conversión de zonas
residenciales de las ciudades con casas de tamaño grande hacia otros usos.
Son mucha las ciudades donde
estas viviendas, situadas en la mayor parte de los casos en ensanches del
primer tercio del pasado siglo XX, pierden su carácter residencial prioritario,
al ser absorbido este tejido urbano por la expansión de la ciudad y los
fenómenos especulativos que conlleva.
No todos los planeamientos
son capaces de adecuarse a tiempo a este profundo cambio socio-económico con
resultados nefastos para el crecimiento de la ciudad.
No es difícil encontrar
zonas de ensanche de muchas ciudades donde el uso residencial en parcelas
ajardinadas llega a convivir de forma forzada con usos terciarios y de
servicios con una difícil integración.
El devenir de esta situación
crea espacios urbanos, en la mayoría de los casos muy valiosos, con multitud de
edificios vacíos que conviven con otros usos fundamentalmente de servicios cuya
convivencia con las viviendas unifamiliares resulta complicada.
Es una espiral sin retorno.
Al coste elevado de mantenimiento de estas casas se une la incomodidad de
compaginar su uso con clínicas, oficinas corporativas, sedes de organismos y
tantos otros usos potenciados por planeamientos arcaicos dirigidos por
políticos con un nulo conocimiento del tejido empresarial.
La causa de esta situación
se encuentra en un planeamiento poco ágil y mal gestionado que no es capaz de
adaptarse de forma eficaz a las nuevas demandas de la sociedad.
Resulta paradójico que en
algunas ciudades, donde la creación de nuevos suelos de ensanche les supone un
coste considerable, permitan la degradación de los existentes en algunos casos de gran calidad urbana.
El simple planteamiento de
primar el sector servicios frente a una planificación de residencial
plurifamiliar resulta pueril, sobre todo cuando las ciudades actuales llevan
décadas planificando y construyendo zonas especializadas destinadas a usos
terciarios donde las “arquitecturas milagrosas” de los grandes gurús de la
arquitectura pretenden redimir el urbanismo.
Este caso se manifiesta de
forma muy evidente en nuestro proyecto, asentado sobre una zona de ensanche de
la ciudad de Sevilla hacia el sur en el primer tercio del siglo XX.
No es ajena esta parte de la
ciudad a la degradación descrita.
Podemos encontrar multitud
de edificios vacíos. El sobrecoste de mantener una vivienda unifamiliar y la
dificultad de implantar un uso terciario al no resultar competitivos frente a
otras zonas de la ciudad ha creado una situación de vacío urbano difícil de resolver.
Si dedicamos un instante a
meditar sobre la estructura urbana de estos ensanches no es difícil comprender
que su objeto era crear zonas para usos fundamentalmente residenciales de
cierta calidad vinculados a espacios verdes. Un hecho que fue un éxito
urbanístico notable ya que muchas de nuestras ciudades contemporáneas conservan
estos ensanches como cierta imagen de prestigio y de calidad urbanística.
La saturación de los cascos
urbanos y en muchos casos la ausencia de suelo urbanizable residencial de
calidad, nos lleva a pensar que sería aconsejable poder compaginar el uso de
vivienda plurifamiliar en estas zonas, un hecho que se ha producido en algunas
ciudades con cierto éxito, no tenemos más que recordar los ejemplos de Madrid
con la zona de las colonias de El Viso, o Barcelona en los entornos de
Pedralbes.
En el caso de nuestro
proyecto, ante la imposibilidad por limitaciones del planeamiento del uso
plurifamiliar, se optó por implantar un uso residencial público mediante cuatro
apartamentos de uso turístico aprovechando la coyuntura de que la ciudad de
Sevilla es un destino preferente del sur de Europa, y que algunas empresas de
cierta calidad tienen al infraestructura para gestionar estos establecimientos
de forma eficaz.
No somos ajenos a la hora de
plantear el proyecto de que se trata de un uso efímero, sujeto a procesos aleatorios. Ante una situación
cambiante que depende de la elección de una ciudad de moda como destino de ocio
la viabilidad de esta edificación es dudosa.
DESCRIPCIÓN DEL PROYECTO.
Partíamos de una vivienda
unifamiliar construida a mediados de los años 50 del siglo XX en un estilo racionalista discreto.
La vivienda fue deshabitada y reformada para una oficina corporativa. En ningún caso ambos usos tuvieron buen fin.
Después de diez años vacío y
sin uso el edificio pasó a una situación de abandono, un limbo constructivo sin
una salida posible.
.
El proyecto plantea la división del edificio en cuatro apartamentos de un tamaño y estructura similar, unidos mediante un núcleo de comunicación, compuesto por una escalera y ascensor, construido fuera de la edificación preexistente mediante la elección de un lenguaje acorde con el estilo de la vivienda.
La edificación se asienta
sobre una parcela cuadrangular rodeada de un espacio ajardinado, que se
prolonga en el arbolado del espacio público adyacente, en sus lados norte, este
y oeste, estando el lado sur adosado a una edificación colindante.
Situar el acceso a los
apartamentos fuera del ámbito del edificio tiene como objeto garantizar las
condiciones de accesibilidad y aprovechar la planta cuadrangular de la vivienda
precedente para una distribución racional de los apartamentos resultantes.
Las ordenanzas relativas a
este tipo de viviendas requieren habitualmente la conservación del arbolado y
superficies ajardinadas como elemento imprescindible en este tipo de ensanche.
La situación y orientación
del edificio condicionan el proyecto, que se divide en un eje longitudinal que
separa las zonas de estancia de día de los dormitorios. De tal forma que los
salones con cocina integrada se sitúan sobre el lado oeste de la parcela, que
dispone de la zona de jardín y arbolado más espeso y la zona de dormitorios se
orienta hacia el este dando a una medianera con edificaciones colindantes de
similares características, lo cual garantiza una cierta tranquilidad al estar
separada de las calles de mayor tránsito. Entre ambos espacios se sitúan los
baños.
El proyecto plantea la
apertura de grandes huecos hacia las zonas verdes. Dos de los alojamientos se
sitúan en la planta baja con acceso directo al jardín disponiendo de zonas de
uso privativo integradas en las zonas verdes. Los otros dos apartamentos
situados en la planta alta aprovechan las terrazas preexistentes.
La obra de reforma ha
consistido en un vaciado de la edificación dejando las estructuras de carga y
forjados y una redistribución mediante tabiquería seca.
La fachada que se encontraba
recubierta de un revestimiento porcelánico que ocultaba la fachada original de
ladrillo macizo aplantillado.
Debido al mal estado de
conservación de la fachada y la necesidad de reestructurar los huecos se ha
optado por recurrir a un revestimiento continuo de mortero de cal para
homogeneizar el proyecto.
Como elementos de cierto
interés se han conservado las cornisas, ménsulas y contrafuertes oblicuos, con
diseños propios del neo racionalismo de los años 50.
LA OBRA
EL RESULTADO
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