jueves, 13 de febrero de 2014

La Casa De Norma Desmond.

Billy Wilder.
Paramount Pictures.






A mitad de camino entre la realidad y la ficción esta casa en Sunset Boulevard es sin duda otro de los iconos arquitectónicos del cine.

Una secuencia de casualidades aleatorias hizo que esta película, que surgió de una idea fugaz, a contracorriente, haya llegado a ser un referente cinematográfico de aficionados, críticos y espectadores.
Un acuerdo unánime la considera un punto de inflexión en el cine. A partir de Sunset Boulevard empezó a ser distinto.

O quizás a verse de forma distinta.

Esta es una película que trata sobre el cine, que fue capaz de mostrar con claridad todas las miserias y cavernas de esta inofensiva industria.
Es posible que la mirada crítica, descarada e incisiva hacia el profundo interior de la fábrica de sueños abriera definitivamente la caja de pandora.

lunes, 20 de enero de 2014

Manderley. La Casa Que Nunca Existió.

La Arquitectura En El Cine

Manderley, la casa que nunca existió





Anoche soñé que volvía a Manderley.
Me encontraba ante la verja pero no podía entrar porque el camino estaba cerrado. Entonces como todos los que sueñan me sentí poseída en un poder sobrenatural y atravesé, como un espíritu, la barrera que se alzaba ante mí...

Con estas palabras empieza una de las películas más famosas de la historia del cine.



Con la suave voz de una joven Joan Fontaine y con el acertado fondo de la elegante y sutil música del compositor alemán Franz Waxman.
Uno de tantos artistas centro europeos, que huyendo de la represión nazcontribuyeron de manera decisiva a llenar de talento la industria de Hollywood allá por los años 30 del pasado siglo.

Ambas cosas servían de acompañamiento a la presentación de uno de los protagonistas indiscutibles de esta película. Manderley.

Manderley era una casa.

Al menos eso nos hicieron creer, porque Manderley nunca existió.


Las Ciudades Olvidadas






Los procesos urbanísticos después de la modernidad han sido implacables.

En apenas una generación, una forma de vida milenaria ha sucumbido ante el progreso y las expectativas de una existencia aparentemente más cómoda.

El Racionalismo, ya plenamente consolidado en los años 30 del pasado siglo XX, organiza definitivamente nuestra vida en las grandes urbes.
Es el paradigma aceptado por todos, de cómo debe ser la convivencia masiva de los seres humanos entorno a una logística muy sofisticada de funcionamiento, vinculada a la ciencia y a uno de sus vástagos predilectos. La industria.

Todo el importante desarrollo económico y social que supuso la Revolución Industrial durante el último tercio del siglo XIX cristaliza en el Racionalismo, como resultado definitivo del bienestar moderno y eficaz.