Billy Wilder.
Paramount Pictures.A mitad de camino entre la realidad y la ficción esta casa en Sunset Boulevard es sin duda otro de los iconos arquitectónicos del cine.
Una secuencia de
casualidades aleatorias hizo que esta película, que surgió de una idea fugaz, a
contracorriente, haya llegado a ser un referente cinematográfico de
aficionados, críticos y espectadores.
Un acuerdo unánime la
considera un punto de inflexión en el cine. A partir de Sunset Boulevard empezó
a ser distinto.
O quizás a verse de forma
distinta.
Esta es una película que
trata sobre el cine, que fue capaz de mostrar con claridad todas las miserias y
cavernas de esta inofensiva industria.
Es posible que la mirada
crítica, descarada e incisiva hacia el profundo interior de la fábrica de sueños abriera
definitivamente la caja de pandora.
Sunset Boulevard es una expiación y una catarsis.
Desde el mismo fondo oscuro,
es el cine el que se redime a sí mismo, creando en su autocritica un producto de
una belleza y una perfección admirables.
El Crepúsculo de los Dioses
es una gran película. Indulgencia plenaria.
FAMOSA ESCENA FINAL DE LA ESCALERA QUE NOS TRAE A LA MEMORIA ICONOGRAFÍAS BARROCAS. © PARAMOUNT PICTURES |
Pero para ser capaces de
apreciar esta sutil creación no debemos consentir que la espesura no nos deje
ver el bosque.
Hay que retroceder en el
tiempo a otra gran película del director Billy Wilder y su equipo.
Justo la anterior a Sunset Boulevard.
Berlín Occidente. (A
Foreign Affair 1.948)
MOMENTO DEL RODAJE DE BERLÍN OCCIDENTE. © PARAMOUNT PICTURES |
No podemos perder de vista
la situación social en el final de la década de los años cuarenta, el periodo
de postguerra, que incluso para los vencedores supuso una inexorable nueva
forma de ver el mundo.
Las terribles experiencias
vividas no fueron en vano y desde luego mucho menos para un joven Billy Wilder,
que como tantos otros compatriotas tuvo que abandonar Alemania después de la
subida al poder de Hitler en 1.933.
Un polaco, recriado en
Viena, en definitiva un europeo, judío y repatriado. Un estigma que lo acompaño
toda su vida.
A pesar de todo, Wilder siempre consideró que Europa
había acabado y encontró en los Estados Unidos una nueva esperanza y una nueva vida.
Berlín Occidente habla de la guerra y sus consecuencias, con el descaro y la crudeza que acompañan a la realidad.
Berlín Occidente habla de la guerra y sus consecuencias, con el descaro y la crudeza que acompañan a la realidad.
Es una película sin bandos,
sin vencedores, solo seres humanos buscando sobrevivir y algo de esperanza.
HUERTAS URBANAS SEMBRADAS DELANTE DE LAS RUINAS DEL REICHSTAG |
La preciosa interpretación de una de las canciones de Marlene Dietrich lo deja claro.
"En las ruinas de Berlín, los arboles en flor perfuman tu camino".
La película resultó muy incómoda.
La idealizada sociedad
americana triunfante no quería ver como uno de sus impecables oficiales era seducido
por el fácil mercado negro, la corrupción y una hermosa mujer alemana,
prostituta de altos vuelos de los nazis.
Y hasta la más pura esencia
de la sociedad americana, una mujer congresista del profundo estado de Iowa, se deja
tentar con toda facilidad por las frivolidades del decadente Berlín.
A pesar de que triunfan los buenos el mensaje quedaba alto y claro.
A pesar de que triunfan los buenos el mensaje quedaba alto y claro.
Pero si la opinión general americana mostró su
malestar por esta película, mucho peor fue la reacción de los
estudios Paramount, que se vieron comprometidos.
IMAGEN DE LA PROMOCIÓN DE LA PELÍCULA. © PARAMOUNT PICTURES |
¿Pero, que tiene que ver
todo esto con Sunset Boulevard?
Billy Wilder, venía del
expresionismo alemán, de la vanguardia del cine, aunque en Europa nunca llego a tener el reconocimiento que tendría en América, fue creando una animadversión
hacia el sistema de los estudios de Hollywood, donde esta nueva sociedad competitiva, de depredadores sin escrúpulos aun
resultaba más evidente.
El país que lo había
acogido no era tan lineal y libre como había imaginado.
En su mente empieza a
formarse una crítica inteligente y fresca hacia un sistema que lo irritaba y lo
atenazaba, y que a la vez le fascinaba.
De forma quizás inconsciente va surgiendo el germen
del Crepúsculo de los Dioses.
Pero ya os he avanzado que hubo una secuencia de acontecimientos casuales entrelazados hasta llegar a la película.
Billy Wilder no estaba solo, desde hacía tiempo lo acompañaba en la elaboración de las ideas y los guiones Charles Brackett.
Un escritor de novelas ligeras
de la buena sociedad de la costa este, que sucumbe a la suculenta propuesta
económica de los estudios de Hollywood, a pesar de sentir un profundo desprecio
por la forma de vida mundana y hasta cierto punto superficial de California.
Un reflejo de los múltiples
prejuicios de la compleja y contradictoria sociedad americana.
Entre los dos y en el más
absoluto secreto, empieza a tomar forma Sunset Boulevard, Norma Desmond. su historia, y su casa.
Una certera andanada a la línea de flotación del cine y de su brillante industria californiana.
Una certera andanada a la línea de flotación del cine y de su brillante industria californiana.
MÍTICA PRIMERA ESCENA DE LA PELÍCULA. © PARAMOUNT PICTURES
|
Hasta esta película nadie había hecho una crítica tan incisiva y exacta del lado oscuro del cine.
Aún hoy en día sigue siendo un ejemplo único de cine inteligente y profundo, un referente valorado por todos.
Brackett, por supuesto, fue cómplice de Wilder en Berlín Occidente y en otras muchas películas.
Es quizás el periodo más
fecundo del controvertido director y su pareja
de hecho.
La intensidad de la historia desbordó a sus creadores, que precisaron la ayuda de un tercero que puso orden en el material. Donald M. Marshman, cuya aportación en un lejano tercer plano fue decisiva para rematar la historia.
El 21 de diciembre de 1948, Brackett / Wilder mandaron el primer manuscrito del guion, nunca concluido.
CHARLES BRACKETT, GLORIA SWANSON Y BILLY WILDER DURANTE EL RODAJE. ES CURIOSO APRECIAR LA NATURALIDAD EN LA EXPRESIÓN RELAJADA DE LA ACTRIZ FRENTE AL RICTUS HIERÁTICO DE SU PERSONAJE. |
A pesar de los muchos factores en su contra, el estigma de sus creadores, el controvertido tema del argumento y la falta de remate en la historia, el guion fue admitido por el departamento de producción de los estudios Paramount.
Una prueba de la merecida fama de buen cine de estos estudios que supieron apreciar las posibilidades de esta historia y el talento de Billy Wilder.
Resulta relevante el detalle
de que junto al nombre de los personajes, los autores adelantaron los nombres
de algunos de los actores.
Gloria Swanson. Montgomery
Clift, que más tarde sería acertadamente sustituido por William Holden y Eric
von Stroheim.
El eje sobre el que gravita
toda esta historia es sin duda Norma Desmond.
Una actriz olvidada, un
producto del Hollywood dorado, frívola, rica, caprichosa y vehemente.
Una coleccionista de maridos
que no duda en seducir al mediocre y atractivo joven del medio oeste con su
dinero.
Un hedonismo decadente, real como la vida misma, que chocaba con la mentalidad algo puritana del americano medio.
Un hedonismo decadente, real como la vida misma, que chocaba con la mentalidad algo puritana del americano medio.
El personaje, según
declaraciones del propio Wilder, fue pensado para Greta Garbo, retirada del cine
voluntariamente hacía más de diez años.
No era fácil hacerse cargo de este intenso personaje, que destruye de forma atroz el mito que lo ha creado y que le da su razón de ser.
Se necesitaba a una mujer
inteligente que hubiera sido capaz de sobrevivir a su propia decadencia y
adaptarse al nuevo mundo de posguerra.
Evidentemente ninguna de las actrices tanteadas -Mae West, Mary Pyckford, Mae Murray o Pola Negri, entre otras- habían superado la barrera del tiempo y del olvido.
Evidentemente ninguna de las actrices tanteadas -Mae West, Mary Pyckford, Mae Murray o Pola Negri, entre otras- habían superado la barrera del tiempo y del olvido.
Uno de los grandes misterios
de la historia de esta película fueron los contactos secretos mantenidos por
los creadores con las viejas glorias del cine.
Una mujer inteligente, llena
de encanto, creatividad y talento que llevo mucho más allá del cine su intensa
vida.
Gloria Swanson tuvo durante años un programa de éxito
en la cadena de televisión americana, WPIX,
The Gloria Swanson Hour.
Un magazine semanal dedicado a compras, cultura,
cocina y sitios de vanguardia de la ciudad.
Fue también escultora, inventora y científica aficionada.
Además de un convencida activista por la lucha para la protección del medio
ambiente y una defensora de las dietas macrobióticas.
Su línea de
moda para mujeres, Forever Young, fue
durante décadas no solo un buen negocio, también fue un referente de elegancia sofisticada, sus diseños de ropa y complementos
siempre resultaron modernos.
Sus extensas e interesantes memorias y documentación
personal forman parte del fondo de la biblioteca de la Universidad de Austin en
Texas.
Gloria Swanson era el polo
opuesto a Norma Desmond.
Y fue precisamente ella la
que, de alguna manera, expió las culpas de esta industria, sacrificando su
propia imagen ante una Norma Desmond que la atrapó durante toda su vida.
…“sin mí no existirían los estudios Paramount”.
Pronunciada en la emblemática puerta de estos estudios edificada de los años 30 en un estilo neo-renacimiento-Hollywood
Porque fue realmente el
estrellato de Gloria Swanson en los años veinte el que ayudó a consolidar el
prestigio de la Paramount.
Otra actriz de su época, Norma Shearer, la define con exactitud.
GLORIA SWANSON EN SU ESPLENDOR.
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Otra actriz de su época, Norma Shearer, la define con exactitud.
“Era difícil, narcisista y carecía de modestia. Pero antes de que Hollywood creara a las estrellas, hubo un puñado de estrellas que crearon Hollywood. Y Gloria Swanson era una de ellas.”
FOTOGRAMA DE LA PELÍCULA. POR UN INSTANTE NORMA DESMOND INTERPRETA A GLORIA SWANSON. © PARAMOUNT PICTURES |
Toda la casa de Norma Desmond esta llena de fotografías, retratos y objetos personales de Gloria Swanson, que formaron parte del atrezo.
Nunca pudo escapar del intenso hechizo de este personaje que ella misma había creado.
Paso el resto de su vida
haciendo bromas sobre cierto cadáver que tenía
flotando boca abajo en su bañera.
Una enorme injusticia porque
Gloria Swanson, desde su elegante residencia del corazón de Manhattan siguió activa
más allá del cine, siendo un icono durante generaciones.
Pero a diferencia de Gloria Swanson, Norman Desmond no vivía en la gran manzana, de en una ciudad moderna y cosmopolita como Nueva York.
Y el inteligente director sabia muy bien que para ser capaz de crear una verdadera estrella del cine, hay que construir también el lugar donde vive.
La casa de Norma Desmond.
De nuevo la elección de los
creadores de esta película fue exacta, supieron rodear a la estrella de su
arquitectura, la que le correspondía y que la hacía todavía más real.
Cuando asociamos el
personaje de esta actriz olvidada con su entorno es difícil resistirse a la
idea de creer que Norma Desmond realmente existió.
La práctica totalidad de los interiores de la casa se construyeron con decorados en los estudios Paramount, en un controvertido estilo colonial rancio con ciertos toques góticos.
ESCENA DE LA RECREACIÓN DEL SALÓN DE NORMA DESMOND © PARAMOUNT PICTURES |
Hoy en día en nuestro mundo ecléctico, lleno de referencias a lo clásico, puede que no nos sorprenda la decoración de aquella extraña casa.
Pero en 1.949, donde lo moderno era ya habitual y el estado socioeconómico de la posguerra no daba lugar a elementos superfluos, recuperar aquella vieja mansión olvidada fue sin duda pura vanguardia.
Algo que posiblemente la sociedad estaba buscando.
La decoración de los interiores, a pesar de lo estereotipado y del ambiente inexorablemente teatral del montaje de un estudio, sin los matices de la luz natural, se recreó con cierto rigor.
© PARAMOUNT PICTURES |
Es un conjunto armónico y
coherente, no hay nada que sobre ni este sobreactuado.
No hay duda de que de haber
existido Norma Desmond esta sería su casa.
EL ATRACTIVO HOLDEN TRANSFORMADO EN UN GENTLEMAN YA FORMABA PARTE DE LA DECORACIÓN DE NORMA DESMOND. © PARAMOUNT PICTURES |
Pero Wilder fue mucho más inteligente y completó esta ficción con la realidad.
Los exteriores se rodaron en
una casa real, que como ocurren muchas cosas en la vida, localizó por
casualidad la mujer del director artístico John Meehan.
Evidentemente no era una casa cualquiera.
Se trataba de una mansión
construida hacia principio de los años veinte por el magnate azucarero con
plantaciones en Méjico, William Jenkins.
Un elegante palacete de estilo colonial algo italianizante, con lujosos artesonados, baldosas, cerámicas, herrajes de importación, entarimados y balaustradas de madera de nogal.
Un elegante palacete de estilo colonial algo italianizante, con lujosos artesonados, baldosas, cerámicas, herrajes de importación, entarimados y balaustradas de madera de nogal.
En definitiva la casa que
podía haber tenido el mismo Rodolfo Valentino o Lillian Gish.
Una casa del más puro estilo colonial español, tan común en Norteamérica, hasta constituir en sí mismo un propio estilo reconocido, que surge fundamentalmente en San Agustín, en Florida, hacia mediados del siglo XVI, con el asentamiento de las primeras misiones religiosas españolas, que también tiene su versión en California.
La implantación del estilo
colonial en California tiene su origen en la misión franciscana de Santa Bárbara,
muy cerca de Hollywood.
LA MISIÓN DE SANTA BARBARA EN LA ACTUALIDAD. |
Se trata una misión construida en 1786 por Fray Fermín Lasuén, misionero que sustituyó a Fray Junípero Serra como cabeza de la red de misiones que los franciscanos construyeron en California durante el siglo XVIII.
El objetivo de la Misión Santa Bárbara era evangelizar a los indios Chumash que habitaban esa zona.
La estructura de la casa Getty / Desmond responde claramente al esquema de construcciones de tipología colonial, con galerías abiertas al sur, cubiertas de teja, pérgolas y jardines.
El edificio fue diseñado con un toque neoclásico de buena traza que le confiere a esta arquitectura un aire italianizante.
Columnas y pilastras dóricas, serlianas, arcadas esbeltas con molduras bien proporcionadas, almohadilladlos y balaustradas, que nos recuerdan a una villa de la Toscana.
Una serie de elementos bien diseñados que dan como resultado un conjunto arquitectónico culto y elaborado, que sobrepasa el estereotipo de la arquitectura colonial historicista.
A pesar de no existir en la película imágenes del interior de la casa, si parece ser que la reproducción realizada en el estudio fue fiel a la distribución original a juzgar por las secuencias entrelazadas que son coherentes con la estructura exterior del edificio.
Es realmente difícil apreciar el transito entre lo real y lo imaginario.
Es realmente difícil apreciar el transito entre lo real y lo imaginario.
ENTADA A LA CASA CON EL GRAN SALÓN AL FONDO. © PARAMOUNT PICTURES |
Existen algunas descripciones aleatorias en el artículo de Los Ángeles Times previo a la demolición, nos habla de artesonados, azulejos, baldosas de terracota y solerías de tarima de madera. Suficientes para hacernos una idea de la cercanía de este edificio a otras construcciones similares del estilo colonial.
SALÓN DE NORMA DESMOND © PARAMOUNT PICTURES |
No es fácil encontrar referencias de quien pudo ser el arquitecto autor de este proyecto, aunque si tenemos noticias de otros arquitectos notables que en esta época desarrollaron proyectos similares, sobre todo en Florida, donde el estilo colonial tuvo una profusión importante.
Uno de los mas conocidos el arquitecto californiano Addison Mizner. El neoyorquino Marion Sims Wyeth formado en el Beaux-Arts de París.
Algunos de ellos de procedencia europea, como el suizo Maurice Fatio, que en 1.925 abrió un estudio en Palm Beach.
O como el caso de Joseph Urban, un arquitecto y escenógrafo de origen austriaco que en 1.912 llego a los Estados Unidos para dirigir la opera de Chicago.
Algunos de ellos de procedencia europea, como el suizo Maurice Fatio, que en 1.925 abrió un estudio en Palm Beach.
O como el caso de Joseph Urban, un arquitecto y escenógrafo de origen austriaco que en 1.912 llego a los Estados Unidos para dirigir la opera de Chicago.
Su obra fue extensa en Nueva York y en Florida donde aún sigue en pie una de sus obras más emblemáticas la villa Mar-a Lago. Mandada construir en Plam Beach por la millonaria filántropa Marjorie Merriweather Post y su entonces marido Edward F. Hutton en 1.924.
En aquel momento ella era la mujer más rica de América.
Curiosamente su decoración interior es insospechadamente parecida al salón de la casa de Norma Desmond.
No es difícil pesar que sirvieran de inspiración al oscarizado equipo artístico de la película.
La estructura de la casa Getty / Desmond estaba compuesta por dos crujías perpendiculares
con dos plantas de altura.
Entre ambas construcciones, unidas en un torreón donde
se ubica la escalera, cobijan un agradable jardín de crucero con la piscina.
Desde la crujías, perpendicular al lado sur, se
accedía a la casa desde el jardín, atravesando una elegante galería abovedada
con columnas y pilastras de estilo dórico, hasta alcanzar la puerta de entrada cerrada
con una cancela de hierro, que prolongaba la galería porticada hasta más allá
del interior de la vivienda.
LA ELEGANTE ARQUITECTURA DE LA ENTRADA A LA CASA, SIRVE DE FONDO A LA ESCENA CUMBRE© PARAMOUNT PICTURES |
La construcción del fondo de mayor tamaño orientada en
su lado longitudinal al sur albergaba las zonas nobles de la casa. Un gran
salón y un comedor en planta baja y los dormitorios principales en la planta
alta.
La casa
alterna un conjunto armónico de partes construidas a modo de torreones con
esquinas almohadilladas seguidas de galerías porticadas.
Un alero amplio remataba la edificación con cubiertas
a cuatro aguas de teja.
El primer encuentro del espectador con la morada de
Norma Desmond se hace a través del elegante pabellón del garaje, como un
adelanto del resto de la casa, donde nuestro protagonista casualmente aparca su
coche averiado.
PABELLÓN DEL GARAJE. © PARAMOUNT PICTURES |
Toda buena casa necesita un buen garaje, para aparcar un buen coche.
La sofisticada arquitectura menor del garaje cobija otro de los personajes de la película.
Un Isotta-Fraschini, uno de los mejores coches que se han llegado a fabricar, una leyenda de los automóviles.
Los Isotta-Fraschini fueron unos
coches caros y exóticos que se fabricaron en Italia hacia la década de los años 20, símbolo del lujo y la ostentación desproporcionada,
solo accesible a reyes, potentados y estrellas de cine.
En California, en el propio Sunset Boulevard había un concesionario de esta marca que desapareció con el crack económico del año 29.
En California, en el propio Sunset Boulevard había un concesionario de esta marca que desapareció con el crack económico del año 29.
El automóvil dormido en el garaje ya era suficiente
para apabullar al espectador, no hacía falta el inteligente contraste con el utilitario
que conducía William Holden, un modelo de Plymouth convertible de 1.946.
Para los mitómanos,
fetichistas y aficionados a los coches, comentaros que quizás lo único que ha llegado
a sobrevivir realmente de Sunset Boulevard es este soberbio coche.
En la actualidad descansa en el Museo del Automóvil de Turín,
uno de los mejores del mundo.
Ya no tiene
su tapicería de piel de leopardo, ni el teléfono bañado en
oro y plata, pero si os acercáis a verlo aún se puede
leer en las puertas traseras un rotulo dorado con las iniciales ND.
Billy Wilder juega con habilidad y casi usando el arte de la prestidigitación va construyendo la ficción hasta conseguir hacerla casi real.
Sitúa la casa de nuestra
protagonista en el inexistente número 10087 de Sunset Boulevard, concretamente en la zona de Holmby Park cerca
de Beberly Hills.
El sitio exacto donde debía
vivir una estrella del cine.
SUNSET BOULEVARD EN LA ACTUALIDAD, MIRANDO HACIA EL OCASO EN LA CURVA DONDE EL DESTINO UNIÓ A GILLIS CON NORMA DESMOND |
Sin embargo la casa real que utilizó está situada bastante lejos de este lugar.
Concretamente el hallazgo de
la señora Meehan estaba situado en el número 4201 de la calle Wilshire, entre
los bulevares Irving y Lorraine, frente al cruce con la calle Crenshaw.
CURIOSA FOTOGRAFÍA DEL ESTADO EN QUE LA SEÑORA MEEHAN ENCONTRÓ LA CASA, ANTES DE LAS REPARACIONES DEL ESTUDIO PARA EL RODAJE. |
La misteriosa mansión además tenía ya su leyenda.
Construida por la familia
Jenckins hacia 1.919 apenas fue utilizada un año, al trasladarse el propietario
a Méjico D.F. como embajador de Estados Unidos en este país.
La casa quedo sin habitar
hasta 1.936 cuando el petrolero millonario
Paul Getty la compro para una de
sus ex esposas.
Pero tampoco la ex señora
Getty vivió la casa, que le parecía demasiado alejada.
Fue ella precisamente la que alquilo el edificio a la Paramount para el rodaje de la película.
Fue ella precisamente la que alquilo el edificio a la Paramount para el rodaje de la película.
La productora tuvo que hacer
bastantes reparaciones debido al mal estado de conservación.
Una de las anécdotas del
rodaje fue que hubo que construir la famosa piscina, exigiendo la propietaria
que después fuera tapada, ya que en California y Nevada los impuestos sobre el
consumo de agua son muy elevados debido a su escasez, incluso hoy en día.
Estos estados son pioneros, junto con Israel, en estaciones de tratado y reciclaje del agua.
Estos estados son pioneros, junto con Israel, en estaciones de tratado y reciclaje del agua.
FAMOSA ESCENA CON LA PISCINA, AL FONDO LA CASA. © PARAMOUNT PICTURES |
Algunos años después en
1.957 la casa desapareció ante el empuje urbanístico y la especulación.
Su valor como solar era
mucho mayor que el valor simbólico de aquella antigualla.
Es posible que tan solo
algunos años más tarde, pasada la marea racionalista, hubiera sido indultada
tenido en cuenta el valor histórico.
En el solar que ocupaba la
casa Getty / Desmond se construyó un edificio de apartamentos, el Harbor Building, en el más puro estilo racionalista brutalista, que aún hoy en
día sigue en pie.
Poco antes de su demolición, en un atisbo de romanticismo, posiblemente derivado de una cierta inquietud social, el periódico Los Ángeles Times le dedico un emotivo recuerdo como la vieja casa de una estrella del cine mudo.
Resulta paradójico que esta
elegante mansión, que se mantuvo en pie
durante casi cuarenta años, solo fuera realmente
habitada por Norma Desmond.
IMAGEN DE LA ZONA EN LA ACTUALIDAD, CON ALGUNAS CASAS RESIDENCIALES AUN EN PIE AL FONDO SE DISTINGUE LA SILUETA DEL EDIFICIO HARBOR. JUSTO DONDE ESTABA LA CASA DE NORMA DESMOND |
Pero todo este efecto fue premeditado y cuidado minuciosamente.
El mérito de este resultado
se debe a un selecto equipo de profesionales que Wilder puso al frente de este
delicado trabajo.
La dirección artística reconocida
con un óscar de la academia, corrió a cargo de John Meehan y de otro talento
importado de Alemania, el director artístico Hans Dreier.
Ambos con tres óscar en su
haber y una trayectoria profesional muy importante.
De la escenografía y
decoración se ocupó el tándem formado por el decorador Samuel Comer y el
escenógrafo Ray Meyer, ambos también con varios óscar en sus estanterías.
Todo este cuidado trabajo quedo impecablemente plasmado por el veterano director de fotografía, John F. Seitz, que logro una de las creaciones más extraordinarias de la historia del cine.
Sunset Boulevard es una película
con una fuerte carga estética que acompaña a la perfección a la historia.
Su impecable trabajo dejó
huella. Fue un auténtico maestro utilizando la iluminación natural y el manejo
de la luz de estudio mediante recursos que fueron novedosos.
Filtros que matizaban la luz
y el ligero polvo de magnesio en suspensión que se esparcía por el suelo del
plato antes de cada rodaje.
El equipo móvil estaba siempre
apunto, esperando que las brumas primaverales de California propiciaran la luz
perfecta para el rodaje de los exteriores.
RODAJE DE EXTERIORES. © PARAMOUNT PICTURES |
Logro una imagen difusa y misteriosa como sacada de un pasado que olía a cera, a brocados rancios y a humedad.
Seitz fue capaz de seguir a
la cámara de una forma admirable y retratar todo su movimiento, atrevido, intenso
y ágil.
Sunset Boulevard no tiene ni
un solo fotograma superfluo.
Quizás una de las escenas más
interesantes de la película y que resumen la esencia de su trabajo, sea la propia
presentación de Norma Desmond, casi al inicio de la película, matizada detrás de
las persianas de caña algo ajadas de la galería del primer piso de su casa.
Iluminada con una luz
natural sutilmente reforzada, aparece por primera vez, extraña y misteriosa, detrás
de unas oscuras gafas de sol.
La cámara avanza lentamente hacia
ella sin acercarse demasiado.
Su primera frase era una premonición.
¿Porque me ha hecho esperar tanto?...
MISTERIOSA PRESENTACIÓN DE NORMA DESMOND ENTRE COLUMNAS CORINTIAS. © PARAMOUNT PICTURES |
El vestuario fue otro de los
aspectos más importantes de la película. Desde la elección de ricas telas pasadas
de moda, tafetanes, sedas, lentejuelas y pieles de leopardo, a la propia
confección del vestuario y el estilismo extravagante y sofisticado de la
protagonista.
La responsable de vestuario
fue la reconocida Edith Head, muy seguida de cerca y aconsejada por la propia
Gloria Swanson, que sabía muy bien cómo se vestía una estrella de cine.
VESTUARIO DE BAÑO DE NORMA DESMOND. © PARAMOUNT PICTURES |
Podríamos decir, sin temor a equivocarnos, que posiblemente el mundo de Norma Desmond supuso el primer atisbo de la cultura vintage tan común en nuestros días.
Nada de esto hubiera sido
realmente apreciado sin la excepcional música compuesta para la película por
uno de los grandes músicos del cine Franz Waxman, hizo un magnífico trabajo merecidamente reconocido con un óscar.
Aun hoy en día su música sigue
resultando actual, es dinámica espontánea y envolvente, acompaña a cada momento
de la historia, hasta tal punto que todos los que reseteamos esta película ya
nos parece indisoluble la imagen y la música.
Resulta paradójico que el
compositor no empezó su trabajo hasta que no estuvo concluido el montaje casi
definitivo.
Franz Waxman fue el primer
espectador de Sunset Boulevard, aunque sin música.
VÍDEO ORIGINAL DE PROMOCIÓN DE LA PELÍCULA
No es difícil entender que este proyecto debió entusiasmar a la productora, que puso a disposición de Wilder nada menos que cerca de dos millones de dólares, una cifra astronómica en aquella época.
Si hemos creído en algún
momento que Norma Desmond pudo haber
existido no sería posible sin su casa y el mundo que la envuelve.
Esta arquitectura forma
parte de la esencia de este personaje.
Es la magia del cine y la
ilusión la que hizo creer a los espectadores que no era difícil tropezarse con
Norma Desmond en cualquier momento paseando por Rodeo Drive.
El Crepúsculo de los Dioses es en definitiva la historia de un profundo desencanto, un engaño irracional y perverso que se descubre en la escena final de la película.
Es posible que Hollywood llegara prometerle a una joven actriz llamada Norma Desmond la inmortalidad.
Norma Desmond desaparece en
medio de una intensa luz por la sobreexposición de la toma.
En palabras del propio Wilder.
“…la cámara siguió rodando descontrolada. No sabía dónde cortar… “
ESCENA FINAL. NORMA SE HACE INMORTAL © PARAMOUNT PICTURES |
Utilizando palabras de la propia película quizás la vida haya sido indulgente con Norma Desmond y de una manera mágica y misteriosa este personaje, al traspasar esa luz, fuera tomado vida, la misma que tiene hoy, después de 60 años con nosotros.
¿Quién no diría que Norma Desmond fue realmente una estrella de cine, y que vivió en el 10087 de Sunset Boulevard?
Pero este engaño es más
ambicioso.
La creación de Billy Wilder
fue más allá de la frivolidad de una moda del cine.
El director fue capaz de
plasmar en esta película una forma de sentir del momento, una cierta nostalgia
hacia formas de vida pasadas que sucumbían a pasos agigantados con la necesidad
de reconstruir el mundo después del cataclismo de la guerra.
A través de una nueva sociedad que se sirvió de la arquitectura racionalista, surgida de un idealismo no exento de soberbia y que degenero en un subproducto abrasivo.
A través de una nueva sociedad que se sirvió de la arquitectura racionalista, surgida de un idealismo no exento de soberbia y que degenero en un subproducto abrasivo.
Norma Desmond, su casa y su crepúsculo, desataron una nostalgia furibunda en el espectador, arrastrado por el hastío
hacia un mundo ordenado y reticular.
La idea fue atrapada vorazmente
por esa gente que estaba sentada mirando en
la oscuridad y de forma insospechada todos caímos en la tela de
araña de Norma Desmond.
El paradigma racionalista
cristalizado en el Harbor Building tampoco
era inmortal.
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