viernes, 17 de agosto de 2018

REFORMA DE VIVIENDA UNIFAMILIAR. BARRIO DE EL ARENAL. SEVILLA

JOAQUIN SANCHO.  Arquitecto     2014








El objeto de este proyecto fue la adecuación de una vivienda colectiva para uso de vivienda unifamiliar.

El precedente no deja de tener bastante interés.

La conversión de una vieja edificación del siglo XVII situada en el barrio extramuros del Arenal, una zona vinculada al pasado marítimo de ultramar de Sevilla, que con el paso del tiempo acaba convirtiéndose por colmatación en una vivienda colectiva.








La edificación se encuentra dentro del ámbito de la antigua zona portuaria situada sobre la margen derecha del rio Guadalquivir y es precisamente la situación del edificio en esta zona de la ciudad, muy cercana a las antiguas atarazanas, el hecho que marca una cierta singularidad.

La mayoría de las edificaciones de este entorno formaban parte de las construcciones civiles que ocupaban los armadores de buques de  la Carrera de Indias.

Dos veces al año estas expediciones necesitaban el acopio de suministros y vivieres que hacían el camino de ida hacia América, para luego regresar con los productos del Nuevo Mundo.

Este era el objeto fundamental de las casas de esta zona, construcciones que disponían, incluso en tamaños reducidos, de lugares para almacenar, vino, aceite y cuantos más productos se necesitaban al otro lado del océano.

No es raro encontrar en muchas de estas casas, aljibes, tinajones, y almacenes de todo tipo que ocupaban las partes bajas de la edificación, reservándose en muchos casos entresuelos para las oficinas de este comercio.

Una tipología edificatoria típica de ciudades portuarias de importancia que curiosamente en el caso de Sevilla se reduce a esta zona de la ciudad.

Hasta tal punto estaba vinculado este barrio a la actividad mercantil que en la construcción de muchos de estos edificios se realizaban con los materiales sobrantes de embarcaciones en desuso.





Nuestro edificio es un ejemplo más.

No solo aparecen restos de tinajas y aljibes bajo la cota de rasante actual, además la parte mayor de la edificación los forjados correspondientes a la planta baja y primera están realizados con las escuadrías de madera procedentes de las cubiertas de los barcos de la época.






Resulta curioso ver como el tamaño considerable de las vigas se ajusta a la proporción de la manga de los galeones, muy superior a la anchura de las crujías normales de las construcciones tradicionales de Sevilla.

No es difícil incluso encontrar en construcciones posteriores, ya en el siglo XVIII, viguerías de gran tamaño de madera de caoba procedentes del nuevo mundo.

En nuestro caso se trata de viguería de pino tipo flandes calafateado, situado en el extremo de la edificación. El hecho de utilizar esta viguería permitía disponer de un espacio bastante amplio para el almacenaje de mercancías.







El edificio a reformar está situado en esquina sobre un solar cuadrangular de unos 110 m2,

Está formado por dos construcciones independientes que, tras una reforma de los años 20 del pasado siglo se convierte en una vivienda colectiva.

Aun en la construcción se podían distinguir las estructuras originales bien diferenciadas, maquilladas con una actuación de colmatación en planta segunda y un tratamiento homogéneo de las fachadas que le daba a la casa un aire más urbano propio de construcciones de vivienda burguesa.






Con el paso del tiempo y la ocupación del casco histórico de Sevilla en el primer tercio del siglo XX con la fuerte inmigración de zonas rurales, nuestro edificio corre la misma suerte de tantos otros en la ciudad.






Se acaba degradando al fragmentarse en múltiples viviendas de escasa calidad que denotan la pérdida de poder adquisitivo de los habitantes, que lleva aparejada la degradación paulatina de los casos históricos tradicionales.




Este hecho supone la pérdida de las posibles estructuras de cierto valor y actuaciones de colmatación que se van haciendo con materiales y criterios de mala calidad constructiva que se manifiestan conforme se sobreponen las plantas segunda y ático.














El resultado es una edificación arruinada sin ningún valor arquitectónico  a destacar, a excepción de una fachada mediocre que se encaja en un entorno homogéneo de la ciudad, en dialogo con otras construcciones variopintas de distintos estilos, incluido un neo racionalismo ya degenerado del último tercio del siglo XX.



PRUEBAS DE ESTANQUEIDAD DE LA CUBIERTA



El proyecto de reforma plantea devolver la casa al estado de vivienda unifamiliar  con la conservación de la fachada y de su volumetría inicial como elementos intocables para mantener un casco histórico heredado.

Se respetaron algunos elementos de fábricas de ladrillo macizo de tejar y los herrajes y azulejería de fachada de estilo Regionalista Sevillano. Como elemento a destacar las cornisas de ladrillo aplantillado muy típicas de este estilo.

La actuación de la reforma supone también la elección de un sistema constructivo de cierto interés al tener que mantener la estructura de carga de los muros de ladrillo macizo de tejar  de fachada y medianeros. 

Es posiblemente esta forma de resolver la nueva estructura de nuestro edificio la más coherente para mantener estos elementos sin que pierdan su función primordial.






Este hecho, en actuaciones en centros históricos con calles estrechas y difícil acceso, es un reto más en la construcción ya que supone utilizar sistemas de apeo y arriostramiento de las estructuras a conservar desde el propio interior del edificio y utilizando los recursos del mismo para ir sustituyendo la vieja estructura por la nueva.






Hay que añadir que el edifico dispone de una nueva cimentación que garantice todos los estándares actuales de calidad en la construcción y consolide de forma eficaz las estructuras a conservar sin modificarlas.






En nuestro caso la sencillez estructural del edificio supuso una cierta simplificación de este proceso, al poder actuar en partes opuestas desde cimientos a las plantas superiores valiéndonos de las estructuras de las viguerías de los  forjados preexistentes como arrastramiento temporal.

Destacar la forma de sujeción de la nueva estructura sobre el muro de carga de fachada mediante anclajes distribuidos en la línea de los formados que tienen su apoyo en la fábrica de ladrillo y a su vez sirven de atirantamiento e la misma.






El refuerzo de los cimientos de los muros se realiza mediante bataches armados de la losa de cimentación que a modo de peine mejoran la base del elemento de carga sin dañarlo.




  




El programa a desarrollar para el edificio es el vinculado a un uso de vivienda unifamiliar, conservando la antigua zona de almacenes con los espacios de garaje en planta baja y de salón en la planta primera, de tal forma que no se pierda esta interesante tipología de la zona.

Se distribuyen las zonas de día en la planta primera y los dormitorios en la planta segunda.

La terraza de planta ático, antes siempre reservadas a un uso de servicio, tiene un carácter más vividero como solárium y zona de esparcimiento de la casa mediante zonas apergoladas para sombreo.



EL RESULTADO






































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